Residencia Universitaria Santa Rosa De Lima de SALAMANCA

Mi estancia en la Residencia Santa Rosa de Lima no ha sido en absoluto satisfactoria. En primer lugar los servicios se han ido deteriorando a lo largo del curso (tampoco es que fueran una maravilla al principio). Por ejemplo, se prometió un desayuno más copioso los domingos que se dejó de ofrecer tras unos meses. También dejó de impimirse en color, y la calidad de las impresiones es nefasta en ocasiones. En invierno se echaba de menos la calefacción, más aún cuando el aislamiento de las ventanas deja pasar el frío (y el olor a comida del patio). Los útiles de limpieza (que jamás están limpios) han ido desapareciendo, al igual que los de la cocina (no hay ni vasos para beber agua). Los cubiertos del comedor en ocasiones están sucios también. Por si fuera poco, la velocidad y capacidad del WiFi deja mucho que desear, y eso en una residencia universitaria es imperdonable.

Pasando al tema de la alimentación, pese a que se ofrezcan dos primeros y dos segundos preparados por un cocinero, la calidad es de catering: comida aceitosa, todas las verduras fritas o gratinadas, apenas se consumen legumbres, patatas fritas casi cada día… Nos hemos pasado días sin fruta y algunas mañanas no había pan para desayunar. Sin embargo las palmeritas o magdalenas jamás faltaban. Como podéis ver, las prioridades están claras. Además no contemplan la posibilidad de residentes con un régimen alimentario distinto (vegetarianas, por ejemplo). Como «anécdota», no una sino dos veces nos encontramos con que la leche de soja estaba en malas condiciones. Por suerte nos dimos cuenta antes, de tomarla, pero eso hubiera sido una causa de intoxicación alimentaria.

La disciplina es también motivo de queja. Únicamente aplican la normativa cuando y con quien conviene. No se respetan las horas de sueño (de hecho yo lo he pasado mal por el ruido que hacían más compañeras), y hacen oídos sordos a las quejas de las residentes. El trato carece de la profesionalidad que se requiere en un establecimiento como este. Para terminar, se prometió realizar una serie de excursiones que, directamente, no hemos ni oído comentar.

Como conclusión os recomiendo que, si estás buscando una residencia para ti o para tu hija, continúes haciéndolo. Tras un año viviendo en ella conozco a tanta gente descontenta con el servicio que, realmente, no merece la pena arriesgarse. Un saludo.